©2013, Eugenio Zigurat
Hoy cumpliría 50 años, era de origen canadiense y antes de morir fue declarada playmate del año (1980) y alcanzó a ser protagonista de una película que aunque debería ser de culto, hoy en día está casi olvidada. La película se llamaba Galaxina y la diva en cuestión respondía al nombre de Dorothy Stratten.
Como la del mago de Oz, fue arrebatada de este mundo por un torbellino, aunque uno de celos que su marido protagonizara y con ello la arrancara de toda futura puesta en escena filmica, de toda posibilidad de desarrollo. Claro, también la arrebató de las garras de la vejez, pero ahora, en pleno 2013, no sabemos si eso ayudó (como en el caso de la Monroe y de tantas otras) a mantener o a acrecentar su fama.
Galaxina fue una de esas películas que uno encontraba de rebote en las casas de rentas de VHS cuando el mundo aún era analógico y existía algo más allá del blockbuster y los comercios piratas. Ni siquiera recuerdo de dónde la renté, fue en el mismo lugar donde encontré la animación de Frank Frazzeta y, como con esa película, la portada fue suficiente anzuelo o carnada.
Sobra decir que estaba de moda lo galáctico. Star Wars se estrenó en el 77, Alien en el 79. Y Galaxina, en el 80, se adelantaba a Spaceballs (1987) de Mel Brooks y a tantas parodias que vendrían después, y no estoy hablando de películas chafas que terminaban siendo parodias por muy en serio que se tomaran sus directores o sus actores y artistas. Galaxina fue dirigida por William Sachs y jugaba con los tópicos del viaje intergaláctico, la hibernación y el encuentro con razas alienígenas, aunque en escencia jugaba con la puritana idea de la robot sexy pero asexuada cuya mayor prueba de humanidad consisten en enamorarse.
Ahora, en pleno siglo XXI quizá la cinta resulte en exceso inocente; sí, sobre todo ahora que existen Sex Dolls y ahora que parece que el desarrollo androide tiene como fuente económica precisamente el sexo.
Anticipándose a Schwarzzenegger, la Stratten montaba escenas de perfecta frialdad inenteligible y canchondo desenvolvimiento motor...
Todo lo que diga pudiera ser nada. Una imagen habla más que mil palabras. Una serie de ellas, en un trailer, aunque sea con resabios setenteros, habla mucho más:
Y si les interesa, Youtube tiene por ahí ya completa la película (prometo re verla lo más prointo posible).
Pero, más allá de toda justificación intelectualoide, de toda postura crítica, el hecho es uno: Galaxina fue un sueño, una inspiración más allá de la humedad sueñera o ficcional, un punto de partida que seguro muchos de los actuales creadores de muñecas amatorias, tuvieron como precedente, mucho antes de Cherryh 2000 y su actriz Melanie Griffith...
La Stratten ha sido rescatada en las biopics "Death of a Centerfold: The Dorothy Stratten Story" (1981) y "Star 80" (1983). Brian Adams dedicó, según la wikipedia, la rola "The best was yet to come" a su memoria...
Aparte de sus escenas de moda y piel, del capitán fumando puros mientras se ejercitaba en el gimnasio de la nave, lo que más recuerdo es la búsqueda mística que articulaba el pretexto narrativo: la búsqueda de su propio grial que cada vez que era mencionado, de la nada, de todas partes, surgía en coro el nombre otra vez: "The blue star, ah ha...".
Blues por una chica de playboy, por una Pre Real Doll de la CF mucho antes de lo que muchas mentes puritanas quisieron imaginar. Una Diva para recordar y regozar...
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Imagen tomada de Wikipedia |
Hoy cumpliría 50 años, era de origen canadiense y antes de morir fue declarada playmate del año (1980) y alcanzó a ser protagonista de una película que aunque debería ser de culto, hoy en día está casi olvidada. La película se llamaba Galaxina y la diva en cuestión respondía al nombre de Dorothy Stratten.
Como la del mago de Oz, fue arrebatada de este mundo por un torbellino, aunque uno de celos que su marido protagonizara y con ello la arrancara de toda futura puesta en escena filmica, de toda posibilidad de desarrollo. Claro, también la arrebató de las garras de la vejez, pero ahora, en pleno 2013, no sabemos si eso ayudó (como en el caso de la Monroe y de tantas otras) a mantener o a acrecentar su fama.
Galaxina fue una de esas películas que uno encontraba de rebote en las casas de rentas de VHS cuando el mundo aún era analógico y existía algo más allá del blockbuster y los comercios piratas. Ni siquiera recuerdo de dónde la renté, fue en el mismo lugar donde encontré la animación de Frank Frazzeta y, como con esa película, la portada fue suficiente anzuelo o carnada.
Sobra decir que estaba de moda lo galáctico. Star Wars se estrenó en el 77, Alien en el 79. Y Galaxina, en el 80, se adelantaba a Spaceballs (1987) de Mel Brooks y a tantas parodias que vendrían después, y no estoy hablando de películas chafas que terminaban siendo parodias por muy en serio que se tomaran sus directores o sus actores y artistas. Galaxina fue dirigida por William Sachs y jugaba con los tópicos del viaje intergaláctico, la hibernación y el encuentro con razas alienígenas, aunque en escencia jugaba con la puritana idea de la robot sexy pero asexuada cuya mayor prueba de humanidad consisten en enamorarse.
Ahora, en pleno siglo XXI quizá la cinta resulte en exceso inocente; sí, sobre todo ahora que existen Sex Dolls y ahora que parece que el desarrollo androide tiene como fuente económica precisamente el sexo.
Anticipándose a Schwarzzenegger, la Stratten montaba escenas de perfecta frialdad inenteligible y canchondo desenvolvimiento motor...
Todo lo que diga pudiera ser nada. Una imagen habla más que mil palabras. Una serie de ellas, en un trailer, aunque sea con resabios setenteros, habla mucho más:
Y si les interesa, Youtube tiene por ahí ya completa la película (prometo re verla lo más prointo posible).
Pero, más allá de toda justificación intelectualoide, de toda postura crítica, el hecho es uno: Galaxina fue un sueño, una inspiración más allá de la humedad sueñera o ficcional, un punto de partida que seguro muchos de los actuales creadores de muñecas amatorias, tuvieron como precedente, mucho antes de Cherryh 2000 y su actriz Melanie Griffith...
La Stratten ha sido rescatada en las biopics "Death of a Centerfold: The Dorothy Stratten Story" (1981) y "Star 80" (1983). Brian Adams dedicó, según la wikipedia, la rola "The best was yet to come" a su memoria...
Aparte de sus escenas de moda y piel, del capitán fumando puros mientras se ejercitaba en el gimnasio de la nave, lo que más recuerdo es la búsqueda mística que articulaba el pretexto narrativo: la búsqueda de su propio grial que cada vez que era mencionado, de la nada, de todas partes, surgía en coro el nombre otra vez: "The blue star, ah ha...".
Blues por una chica de playboy, por una Pre Real Doll de la CF mucho antes de lo que muchas mentes puritanas quisieron imaginar. Una Diva para recordar y regozar...